El lunes 4 de octubre de 2001, una considerable porción de nuestro planeta, Argentina incluida, sufrió una pandemia que duró varias horas. Periodistas sin noticias, dirigentes sin información, trolls sin desprevenidas víctimas y muchos, muchísimos otros se enfrentaron a un infierno no considerado y por lo tanto no debidamente temido: la incomunicación.
La causa caída del desastre fue la interrupción de los servicios de los productos Zuckerberg de mayor penetración. Muchos descubrieron entonces que esos servicios son imperfectos y que hay que preocuparse por ellos, que no están alojados en una «nube» sino en un lugar concreto del planeta y que lo que pase en ese lugar está fuera de nuestro y del control de la autoridad nacional que debería responder ante la sociedad cuando la caída de un servicio ubicado a miles de kilómetros imposibilita a los argentinos comunicarse entre sí, aunque estén a tres cuadras de distancia uno de otro .
Infoworkers, que reiteradamente viene advirtiendo que la mudanza irreflexiva de los mecanismos de comunicación es un proceso peligroso que coloca a la sociedad a un paso del caos, hizo público el documento Crisis En Las Redes Sociales: La Nueva Pandemia que alcanzó gran repercusión y motivó la realización, conjuntamente con la agencia web de noticias AgendAR , del Zoom Debate